Con una tasa de paro del 27% y un parcial para los jóvenes españoles del 51%, resulta totalmente lógico y comprensible que se haya acusado a nuestros juegos asequibles de «revientamercados» por su PVP de 3,50 €. 

Vamos, dicho en cristiano: que nuestra colección chiquitina ha sido elaborada ni más ni menos que con la artera intención de joder la marrana a los bonitos precios que se pueden ver en las estanterías de las tiendas especializadas, enfocados como sabemos, a conseguir la anhelada sostenibilidad de la afición por los siglos de los siglos, o hasta que el bolsillo aguante, que diría aquél.

Este mito se cae sólo y por tanto resulta fácil de descalabrar, pues a la vista está que cada vez son más abundantes las ediciones limitadas (en su más estricto sentido) que dejan los catálogos de las editoriales con una mayor cantidad de referencias agotadas que en situación de disponible. Que así mismo, se ha impuesto como norma la perniciosa «preventa» que asegura que las editoriales y las distribuidoras arriesguen cada vez menos (cobran por adelantado y ajustan sus tiradas o sus necesidades) mientras que los aficionados corren más riesgos de quedarse a dos velas con el producto que querrían comprar, salvo que muevan el culo al ritmo que marcan los tambores de los departamentos de marketing (¡perdón por el desliz, los departamentos de marketing no existen!); que el «hype por el hype» imponga su ley en Internet con atronado insistencia; que las traducciones se hayan vuelto a poner de moda porque facilitan el tema de «colocar producto» más rápido y con más seguridad en un mercado ávido de novedades; que las webs y blogs editoriales sólo se comuniquen con los aficionados cuando hay algo que vender; etcétera, etcétera, etcétera...

Sería un no parar describir todo lo «bueno» que tiene para la sostenibildad de nuestra afición que los precios de los productos estén enfocados a coleccionistas y no a consumidores con menos pretensiones y saldo, de manera que la colección asequible de Ludotecnia no ha venido a reventar nada, sino a cubrir legítimamente un hueco y una demanda que precisamente ha dejado huérfanos la tradicional deriva del mercado de los Juegos de Rol. 


Quince mitos Cliffhanqué [11]

Publicado el

sábado, 13 de julio de 2013