¡Gañanes!, por su temática y contenido es un juego muy adecuado para experimentar con géneros y subgéneros cinematográficos que por su plasticidad e inmediatez, favorecen un rápido acercamiento a «la lectura» que quiere imprimir el Árbitro de Juego a su propuesta. Así, bastará citar tal o cual película para que los jugadores asimilen rápidamente «de qué va la historia» y metan a sus Personajes en ella sin pensárselo dos veces.

Sin embargo, en esta panoplia de recursos rápidos que nos ofrece el cine y que pueden resultar de fácil incorporación al mundo que nos propone ¡Gañanes!, tal vez el terror plantee alguna dudas iniciales que originen su posterior rechazo como herramienta argumental, salvo que aceptemos que el miedo y el humor, concretamente el negro, han solido discurrir muchas veces de la mano.

Por fortuna nuestro cine patrio ha puesto reiteradas veces sus ojos en esa bis oscura que surge del miedo al entorno, a lo desconocido, a las soledades que reinan en los caminos o alrededor de los pueblos, cuando sus luces se han apagado y llega la noche. 

Ni que decir tiene que el bosque, como habitat o contexto, ha sido utilizado con profusión para producir desasosiego en el lector y en el espectador, pero lo interesante de motivarnos a través del terror para usar el Cliffhanger número 001 y desarrollar las ideas que tienen cabida en él, no atiende tanto a la existencia de Romasanta, de Sacamantecas y Chupacabras, brujas y aquelarres, del lobo o de la Santa Compaña, incluso de personajes como el fallecido que no había encontrado su descanso eterno —magníficamente interpretado por Miguel Rellán— en la película de José Luis Cuerda titulada «El bosque animado», como su integración en las aventuras de ¡Gañanes! a través del humor.


De esta forma, el «pánico en el gallinero», sea lo que sea que lo provoque, nos servirá de detonante para que las facciones encontradas de un pueblo se alíen con la intención de desvelar el misterio y servírselo en bandeja a la Guardia Civil, o por el contrario, compitan por ver qué cuadrilla fardará en la romería de la Santa Patrona por «haberlo conseguido», lo que a su vez podría dar lugar a mil y una aventuras más porque en estas cosas jamás nadie se ha puesto de acuerdo.

Este recurso, además, nos abre la puerta a la incorporación de equipos de investigación nativos o foráneos, a que aparezcan «espabilaos» de todo pelo y condición que buscarán pescar en río revuelto, etcétera. El alcalde o la alcaldesa serán más líderes o más cobardes que nunca, el cura podrá pedir ayuda al obispado, el maestro o la doctora pueden intentar ofrecer una explicación científica que será asumida inmediatamente por uno de los dos partidos del pueblo, o por los dos. Llegará la televisión, y no la local, sino uno de esos canales nacionales que necesitan rellenar sus huecos en parrilla con noticias «extrañas»...

Y si hay roleros en el pueblo... Bueno, ya sabéis lo que pasará si hay roleros en el pueblo, entonces, el «pánico en el gallinero» será un Juego de Rol de ésos que son tan perniciosos para la «juventú» y la chavalería. Y todo por vivir cerca de un bosque o lejos de los que los finos llaman civilización.

Pánico en el gallinero

Publicado el

lunes, 8 de julio de 2013

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1 Comment
karlos dijo...

e ahi com yo he usado este genial juego...ademas con la combinacion dl juego de Hombres lobo d castronegro y musica d txalaparta....tomando en la mesa d jyego sidrina contra la habitual cocacola...