Tanto hablar de «Edad Dorada del Rol» y de las muchas referencias que hay a aquella etapa, ninguna menciona que en aquel entonces no había Internet y el tiempo transcurría «de otra manera».

Estoy exagerando, como de costumbre, porque algún chismecillo sí que hay al respecto, pero en general no se abunda en la relación existente entre los casi nulos métodos de comunicación entre editoriales y aficionados y el disfrute «cuasi orgásmico» que se obtenía cuando llegabas a una tienda, y había lo que llevabas tanto tiempo buscando porque el librero o un amigo de esos que tenemos todos, o que teníamos, que siempre estaban al cabo de la calle, había compartido contigo lo que sabía de muy buena tinta...

Hoy hay prisa incluso para comer, como si nos dieran un «bonus» por terminar rapidito para reincorporarnos como centellas al currelo o ponernos de nuevo frente a la pantalla del ordenador para disfrutar «atragantándonos» de nuestros momentos de ocio. Ya no se pueden mantener los secretos, hay que explotarlos, compartirlos que se dice, proclamarlos a los cuatro vientos en el momento exacto para conseguir el «hype» necesario a la hora de rentabilizarlos. Ahora no se venden juegos, se prevenden, y este es un bonito síntoma de cómo ha cambiado todo, porque hay prisa incluso para llenar la caja, lo que choca frontalmente con esa idea de que estamos rememorando una nueva «Edad Dorada del Rol», ya que por fortuna la viví y puedo decir bien alto que hace veinte años, las editoriales sabíamos lo que era asumir nuestros riesgos, y que por aquel entonces, los aficionados sabián apreciarlo...

En fin, dejaré el tema abierto para alguna reflexión posterior porque da para mucho. Hoy toca comentaros que mañana pasamos los datos al hosting para que nos arregle el enlace de la nueva web al dominio, y que en cuanto sepamos el momento exacto del estreno, lo publicaremos aquí mismo con algo de antelación para que no os pille por sorpresa. Al hilo, decir que el parto ha sido largo y para colmo se nos ha enredado el cordón umbilical en el momento menos adecuado, pero el bebé está bien y la madre y el padre, tan contentos.

Lo dicho: ya llegamos.

¡Ya va, ya va!

Publicado el

lunes, 3 de junio de 2013

Etiquetas